Como punto de partida quisiera entender un primer concepto que siempre se ha cruzado en mi cabeza y es que es ser un “emprendedor”.

Según Wikipedia un emprendedor es una persona que diseña, lanza y pone en funcionamiento un negocio,​ partiendo de una innovación.

Solo me costó 24 años después, el entender que efectivamente he sido un emprendedor en mi vida, pero viéndolo de una forma más sencilla la base de todo ha sido la pasión de convertir lo imposible en posible y que la constante innovación ha marcado una diferencia en el éxito de la empresa.

Claro está, en el camino no siempre todo sale bien, pero para todos aquellos que de una u otra forma comparten el mismo sueño les digo “solo el intento es ya una victoria personal”.

El Centro Integral de Asesoría y Desarrollo Empresarial S.A. de C.V. fue fundada un 08 de enero de 1997, por German Roberto y Carlos Alfredo Quiñonez Morales, con la intención de ofrecer al mercado una visión más integral de servicios de capacitación y consultoría técnica, en cuyo corazón principal latía la Seguridad y Salud Laboral. A lo largo de los años una de las mejores experiencias capitalizadas en temas de comportamiento humano ha sido el comprender que la motivación es un elemento vital para el buen funcionamiento de las organizaciones; esto quiere decir que ofrecer al mercado metodologías, prácticas, dinámicas, ejercicios de forma actualizada, es la dosis diaria para enfrentar la complejidad de los negocios, dado que las personas son únicas, por su manera de pensar, caracteres, emociones y actitudes principalmente frente a la idea muchas veces equivocada de lo que son los accidentes, sucesos peligrosos o enfermedades derivadas del trabajo.

Es por ello, que ser emprendedor en el área de la consultoría adiciona un compromiso dual motivacional, es decir que las organizaciones por igual trabajen de la mano y se embarquen en un gran esfuerzo tanto del personal como la propia empresa, entendiendo y conociendo de mejor manera al colaborador y colaboradora, para con ello concientizarlo a realizar de manera segura y correcta sus actividades por convicción propia, sin la necesidad de un policía organizacional que constantemente tenga que estar corrigiendo sus conductas en cada compromiso o tarea asignada.

Apostar por el desarrollo del comportamiento seguro dentro de las organizaciones permitirá que se alcance la productividad eficientemente y finalmente podrá integrar a la seguridad y salud ocupacional, como un valor que por igual engrane con los demás ejes motores del éxito de cualquier tipo de negocio.

Por primera vez en mi vida he encontrado que la verdadera motivación, la que funciona, al menos la que me funcionó a mí, es la que he establecido conmigo mismo, con respecto a la seguridad y salud que me rodea,  delimitando mis metas, luchando constantemente por compartir esta pasión con las organizaciones, clientes, proveedores y equipos de trabajo; dejando que el éxito haga ruido por sí solo.

Una de las recompensas más confortantes, la propia satisfacción y entendiendo que la magia está en saborear cada paso del camino.

Roberto Quiñonez M.

Gerente General